Este año se cumplía en Alcoy la 129º edición de la Cabalgata de Reyes Magos; al menos de forma ininterrumpida, con permiso de la Guerra Civil española. Anteriormente se celebraron otras «cabalgatas» o «apariciones» de sus majestades o personajes «mágicos». Por lo tanto, hablamos del desfile mágico más antiguo de España (con permiso concedido de Sevilla) y por ende, del mundo.
Este año si cabe, la Cabalgata ha brillado con luz propia de una forma espectacular, como ya hacía años que no recordaba, estremeciendo a pequeños y mayores ante el triunfal paso de los magos de oriente. La Cabalgata alcoyana no es la más numerosa, ni la más rica, ni estruendosa, pero sí una de las más originales y carismáticas por sus peculiaridades:
-Dos actos preceden a la Cabalgata: les Pastoretes el domingo antes del desfile y el Bando Real, donde un emisario lee un bando anunciando la inminente llegada de los magos. Al finalizar el desfile, unas «burritas» cargan con buzones las cartas que entregan los niños.
-En la Cabalgata, un paje a caballo abre el desfile portando la estrella que guió a los magos en su peregrinación por oriente hasta el portal.
-Los reyes desfilan a lomos de dromedarios y van besando a los niños durante su marcial paso. El rey mago «negro» ocupa el lugar central, por lo que se crea la confusión de si el orden es Melchor, Gaspar y Baltasar. Hasta que no habían TV para mi siempre Gaspar fue el rey negro que iba en medio.
-Música «ex-profeso» para la ocasión como «l’entrà del Reis» o interpretación de canciones populares de la Serra de Mariola.
-Participación de gran número de asociaciones y colectivos alcoyanos: juveniles, musicales, de baile tradicional, etc.
-A lo largo del recorrido unos «pajes negrets» van entregando los regalos a los niños: cargan con escaleras que suben a las fachadas de las casas entregando los presentes «in situ» a los más pequeños de la casa.
Así pues, ante esta «amalgama», una desfilada de más de 1.500 personas, una operativa habilitada para mover miles de regalos en breves horas y la capacidad suficiente para paralizar a un pueblo de 65.000 habitantes, la Cabalgata ha vivido este año un punto de inflexión necesario:
-En el caso de las Fiestas de Moros y Cristianos de Alcoy, el Ayuntamiento delega en la Asociación de San Jorge para la organización del festejo. La Cabalgata había pasado por las manos de la Asociación de Amigos de los Reyes Magos y del Panerot, ambas desaparecidas. En los últimos años, la Asociación de San Jorge había asumido un papel destacado en su organización pero sin unas bases establecidas. Es así como por fin, Ayuntamiento y Asociación de San Jorge han firmado para este 2014 un convenio de colaboración donde se marca las responsabilidades, actuaciones, derechos y obligaciones por cada parte.
-Cambio contundente en la ropería de la Asociación de San Jorge. Tras la merma del alquiler de trajes para fiestas de Moros y Cristianos, el papel de esta sección se había ceñido casi exclusivamente a la Cabalgata de Reyes Magos. Este año se tomó la decisión de optar por recuperar diseños del desaparecido Alejandro Soler para los Reyes Magos y el Embajador Real: sobrios, elegantes y espectaculares, como siempre. Además la confección y elaboración del resto de trajes ha contado con la mano de Juan Miró con diseños cohesionados y acordes.
-Centralización del «servicio de paquetería» en el instituto Pare Vitoria. Los colectivos juveniles que venían desarrollando esta labor se han visto mejor organizados y atendidos: no ha quedado NINGÚN paquete sin dueño (como siempre). No ha hecho falta separar los pajes por colores en la ropa; todos a una y con las órdenes claras.
Estas son las claves a mi parecer de lo que ha sido esta gran Cabalgata de la ilusión: no es que antes si hiciese mal, pero es como el que está acostumbrado a comer bien siempre, no puedes llevarle a comer hamburguesas de alguna franquicia americana. Soy el primero que defiendo las tradiciones de mi pueblo: me gusta destacar lo que está bien hecho y me creo con la licencia suficiente de denunciar las que NO lo están, porque hablamos de Fiesta y ahí se entremezclan sentimientos, anhelos, sueños, ilusiones, pasiones y vivencia: la Fiesta no es un juguete para que sólo jueguen unos cuantos, es de todos y ahora más que nunca. Caminamos con paso firma ante la declaración de nuestra trilogía Navideña como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.